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Una historia de Patricia Erb

 

Fui secuestrada en mi casa, en Buenos Aires, el 13 de septiembre de 1976.

Estaba durmiendo. En mi casa estaban también mi padre y mis hermanos.

Entraron 7 ú 8 hombres vestidos de civil y armados.

Preguntaron quién era Cindy y me llevaron después de haberme vendado.

Cindy era mi nombre de batalla en la Juventud Guevarista.

Ese mismo día fui llevada a Campo de Mayo.

Allí descubrí que Domingo Menna estaba vivo y me puse contenta porque pensaba que lo habían matado.

Así lo decían los diarios.

Menna era un ejemplo para nosotros, y su presencia nos daba una gran fuerza.

Un día me llevaron a un segundo galpón en el cual habían unos 150 prisioneros.

Y allí, fue donde vi a dos compañeros que ya conocía: a Kung Fu o “el cordobés” y a su pareja, la gringa Barberis.

En las duchas, una me susurró que ésa era Liliana Delfino y la otra Ana María Lanzilotto, la pareja de Menna.

Yo, no las conocía.

Estábamos siempre encapuchados y no podíamos hablar entre nosotros.

En ese segundo galpón reconocí a Irene y pudimos intercambiar algunas palabras.

Sí, la llamo Irene porque ese era el nombre de batalla de Rosaria Grillo.

Me dijo que estaba embarazada.

Yo me recuerdo que estaba concentrada en la suerte de Venancio que estaba siendo torturado.

No creo que los militares supieran que estaba embarazada.

Todavía no se le notaba.

Nos dimos ánimos diciéndonos que teníamos que seguir lo que había dicho Domingo Menna:

“Hablar con los militares sin decirles nada útil, solamente cosas que ya saben”.

Estuve con ella poquísimo.

Desde aquel día no la vi más a Irene ni a mis otros compañeros.

Fui liberada porque era ciudadana norteamericana.

Nadie salió vivo de Campo de Mayo.

Soy la única sobreviviente junto a otros tres compañeros...

eso creo.

 

Voce _ Vera Port

 

 

 

 

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